Columnista Ing. Fernando Padilla Farfán
Cuando hablamos de terremotos, pensamos en destrucción, caos y afectaciones a la economía de las poblaciones. Han sido muchos los temblores en la historia de la Tierra, pero por fortuna, son menos los recordados por sus altos niveles de destrucción.
Los especialistas en el ramo de la construcción, continúan buscando mejores tecnologías para construir edificaciones que resistan temblores por muy intensos que sean.
Está comprobado que la magnitud del terremoto va en relación directa con las características del terreno donde ocurre. Otro de los aspectos que distinguen a los temblores es que son cíclicos y, en diversas ocasiones, suelen ocurrir en los mismos meses que en ocasiones anteriores. Las condiciones del suelo son determinantes en la intensidad de los sismos. En los suelos blandos el comportamiento de los temblores es diferente cuando el terreno es rocoso.
No existe información acerca de cuándo ocurrieron los primeros terremotos. Una de las teorías considera que datan desde que se formó el planeta que habitamos, sin que la ciencia lo haya demostrado.
Los científicos dicen que los temblores son originados por la interacción entre las placas Tectónicas que hay en todo el globo terráqueo. También afirman que cualquier proceso que pueda lograr grandes concentraciones de energía en las rocas, puede generar sismos cuyo tamaño dependerá, entre otros factores, de qué tan grande sea la zona de concentración del esfuerzo.
Sin embargo, volviendo a la teoría que considera que los terremotos datan desde la creación de la Tierra, abren espacio al argumento de que la causa está en el hecho que esta gira alrededor del sol siguiendo una trayectoria elíptica, que en cierta época del año se aleja y en otra se acerca al mencionado astro. Cuando pasa más cerca se genera la lucha de dos fuerzas: la centrípeta y la centrífuga. Una la ejerce el Sol para tratar de tragarse a la Tierra y, la otra, intenta evitar esa tragedia. Esa lucha provoca cierta distorsión en la forma redonda de la Tierra convirtiéndola en un apenas perceptible ovoide. Cuando se aleja del Sol, recobra su forma original dando lugar a que las placas tectónicas se reacomoden produciendo movimientos telúricos conocidos como sismos.
Los temblores o terremotos, son parte de un proceso natural de la Tierra. Desde siempre se ha observado que los sismos son cíclicos. Que pueden repetirse en las mismas fechas en los años posteriores. Hay casos que coinciden hasta en la misma hora.
Lo interesante es que, a pesar que es público el historial de los lugares donde se producen los sismos de manera cíclica, la gente los sigue eligiendo para vivir.