El jueves 18 de marzo se celebran 83 años de la Expropiación Petrolera en México. En 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río envió un mensaje a la nación por medio de un programa de radio, donde anunciaba la nacionalización de los yacimientos petroleros del país que pertenecían a empresas extranjeras, así que pasaron a ser del Estado.
Cárdenas del Río realizó la nacionalización de los yacimientos, debido a que había malas condiciones laborales y explotación de los trabajadores en las compañías, por lo que hubo una expropiación legal de tanques de almacenamiento, oleoductos, refinerías e instalaciones de más de 19 empresas que operaban en la República Mexicana.
Con el decreto se logró “el dominio directo de todos los minerales o substancias” del subsuelo, dando paso a la creación de Petróleos Mexicanos (Pemex). Todo esto se llevó a cabo porque en 1935 se unieron los sindicatos independientes dentro del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, al siguiente año iniciaron las negociaciones para obtener mejores condiciones laborales y prestaciones.
En 1937, el conflicto se llevó ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje porque no había solución, así que la junta ordenó el peritaje para comprobar las condiciones de los trabajadores. Mientras, las empresas llevaron el caso a la Suprema Corte de la Justicia de la Nación, que se puso del lado del sindicato, lo que provocó molestia y que las campañías buscaran un colapso económico, lo que derivó en el decreto de Cárdenas.