Desde su juventud su deseo era permanecer activo mientras tuviera la energía y alegría suficientes para estar arriba de un escenario. En febrero de este 2021 Ricardo González Cepillín iba a festejar 50 años de carrera, fue la celebración que la pandemia impidió.
El Payasito de la tele tuvo una vida de altibajos, pero se mantuvo vigente y se supo acoplar a las circunstancias, lo mismo participó en El cuarentenorio cómico, que fue su último trabajo en teatro, que mantenía una cuenta de Tik Tok en la que cultivó un millón de seguidores.
«Celebraré llenando todos los teatros del país y del extranjero», respondió cuando se le preguntó qué planes tenía para conmemorar esta fecha en su última entrevista con El Sol de México, en septiembre del 2020.
La semana pasada lo operaron de la columna, en la cirugía le fue detectado cáncer linfático. El domingo ingresó a terapia intensiva para atenderlo de insuficiencia cardíaca y neumonía. Falleció un mes después de haber cumplido 75 años.
Aunque siempre aparecía con una sonrisa, su infancia y adolescencia estuvieron plagadas de dolor. Desde las constantes golpizas por parte de su padre, hasta los insultos que recibía de sus tíos a causa de su apariencia física, lo llevaron a crecer en un ambiente hostil que estuvo a punto de frustrar su meta de ser artista.
Sus padres consideraban que perseguir ese camino profesional implicaba que tomara lo que ellos consideraban era un mal rumbo, como él mismo narró en numerosas ocasiones ante las cámaras.
Por ello se vio obligado a estudiar la carrera de odontología, pero al estar consciente de que los médicos infunden miedo a los pequeños, cuando lo invitaron a hacer campañas de higiene dental optó por quitarse la bata, y arribar con el rostro pintado como payaso.
Así nació el personaje de Cepillín, lo descubrió el arquitecto Héctor Benavides, entonces dueño de Canal 12 de Monterrey (hoy Multimedios), y lo invitó a participar en los programas La hora de la merienda con Cepillín y Sabadín con Cepillín.
Años más tarde emigró a la Ciudad de México, donde ingresó a las filas de Televisa con El show de Cepillín, que duro tres años al aire, fue cancelado en 1980, generando una serie de tensiones con los ejecutivos y conductores de la televisora, especialmente con Raúl Velasco, a quien acusaba de haber pedido su despido.
Sin embargo, una vez en la capital despegó su carrera en la música, dando vida a grandes éxitos infantiles como La feria de Cepillín, En un bosque de la China, La fiesta, Tamborileiro, La brujita y Un día con mamá.
Ésta última es uno de sus temas más emotivos, ya que aborda la tristeza que siente un niño por el fallecimiento de su mamá. De acuerdo con el actor Lalo España, quien trabajó con él en El cuarentenorio cómico, el mostrar su faceta sentimental era ejemplo de la versatilidad que poseía, lo que contribuyó a posicionarlo como una de las figuras más importantes del entretenimiento.
«Siempre se lo dije. En una entrevista como Márgara Francisca en mi canal Garnacha Channel tuvimos la fortuna de contar con él, y me dijo que nunca se había puesto a reflexionar sobre el hecho de que era un personaje tragicómico. Tú veías la letra de la canción ´Papi di por qué de los niños como yo no tienen con quién jugar´, son cosas tristes», dijo el actor.
Para el llamado Payasito de la tele su vocación de entretener superaba cualquier dificultad, por lo que incluso después de haber sufrido dos infartos (en 2005 y 2006), el escenario lo llamaba para regresar y continuar con su labor. «La risoterapia es la mejor medicina. La mejor forma de vivir es venir a reír», señalaba.