Durante más de 20 días, los vecinos de Chalco, en el Estado de México, han vivido en medio de una devastadora inundación de aguas negras. El colapso del sistema de drenaje, exacerbado por la acumulación de basura y las intensas lluvias, ha dejado a unas 2.000 viviendas sumergidas en agua contaminada.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno del Estado y del Ejército para drenar el agua, más de 7.600 personas siguen atrapadas en una situación insostenible. Para Felipe Delgadillo y otros vecinos, la rutina diaria ahora depende de lanchas de Protección Civil para moverse a través de calles inundadas. La crisis ha desencadenado una ola de enfermedades respiratorias, digestivas y cutáneas, mientras que más de 1.100 personas han sido evacuadas por miedo a enfermedades o saqueos.
Sin embargo, muchos se niegan a abandonar sus hogares, temiendo perder lo poco que les queda. La colonia Culturas de México, una de las más afectadas, ha visto cómo el agua estancada sigue subiendo, sin señales de alivio en el horizonte. Los vecinos exigen soluciones inmediatas, mientras enfrentan la pérdida de empleos y la destrucción de sus pertenencias en una lucha diaria por sobrevivir.